EL SALÓN DE BAILE
Compañía Rafaela Carrasco
Los salones de baile eran espacio de estudio de la danza, pero también de
compartir, en el cual sucedían espectáculos y al que asistía la comunidad.
Estos espacios fueron gestores del encuentro entre lo folklórico y lo flamenco
en el siglo XIX.
La compañía que encabeza la gran bailarina Rafaela Carrasco pone en
escena una recreación de estos salones donde boleros, flamencos y folklóricos
eran los encargados de animar la noche. Con una puesta sencilla y con algunos
elementos delimita un espacio que nos transporta a finales del 1800. La puesta de
luces completa el discurso narrativo sin grandes artificios incluso incorpora
unas lámparas redondas en escena tal cual estuviéramos en un gran salón de
baile.
Un escenario -plataforma- al fondo con un espejo, hacia la derecha se
ubica la orquesta con sus músicos, y sobre el lado izquierdo una pequeña plataforma
que hará las veces de entrada y salida de algunos de los artistas. Al fondo una
pantalla con algunas proyecciones de video y un gran telón rojo semi abierto
que deja entrever que lo que sucede será el atrás del público, una especie de
escena en la escena para mostrar el interior de un ensayo.
El programa de mano está escrito como en esa misma época ya sitúa al
espectador en un universo en donde los tiempos serán diferentes. El baile tiene
otra cadencia y otra velocidad, los repertorios se combinan entre los conocidos
bailes boleros y los primeros bailes flamencos, el polo, el jaleo de Jerez, el
vito, el ole de la curra, los panaderos de la flamenca, la cachucha, el
zapateado.
Cada uno de los bailarines interpreta uno de estos estilos y hay algunos
momentos coreográficos grupales, tanto al compás de la orquesta como con el
acompañamiento de los dos guitarristas -Jesús Torres y Juan Campallo- o los
cantaores – Antonio Campos y Miguel Ortega- quienes hacen una malagueña
recreando a Chacón y en la cual los mismos cantaores ejecutan la guitarra. Incluso
se oye la voz en off de un locutor que va dando la entrada a los diferentes
cuadros.
Los bailarines cuentan con una técnica precisa, clara y formal, su
entrenamiento sigue las pautas estrictas del ballet clásico: Rubén Olmo, David
Coria, Tamara López y la propia Carrasco. Aquí representan aquellos bailarines
como “la Petra” de finales del XIX si bien la ejecución es correcta, la
intervención de un gran bailaor Javier Barón, conquista al público. Su baile es
sobrio, elegante, no busca el aplauso fácil, baila como los antiguos, baila y
emociona no por su destreza sino por su arte.
El salón de baile es una mirada al pasado, a esos tiempos en que el
baile era más lento, más ‘parao’ que obliga a repensar la manera en la que se baila
actualmente, a la velocidad con que suceden las cosas. El final todos sentados
en silla, tipo fotografía antigua, y el anuncio de la voz en off que va a
comenzar la función, genera una gran ovación del público.
Gabriel
Vaudagna / Sevilla Bienal 2018.
Foto: Oscar Romero prensa de bienal.
FICHA TÉCNICA
Dirección artística y coreográfica: Rafaela Carrasco
Dirección musical: compositor: Jesús Torres
Director de orquesta: Manuel Busto
Compositor musical: Juan Campallo
Asistente coreográfico: David Coria
Guitarra: Jesús Torres, Juan Campallo
Cante: Antonio Campos, Miguel Ortega
Solistas: Javier Barón, Rubén Olmo, David Coria,
Tamara López, Rafaela Carrasco.
Set. 26 Teatro de la Maestranza
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