OLGA PERICET
La espina que quiso ser flor
O la flor que soñó con ser bailarina.
La bailarina, bailaora
y multidisciplinaria Olga Pericet ha creado un espectáculo, con dirección de la
reconocida de Carlota Ferrer, en el que aborda el mundo femenino, la espina que quiso ser flor, o la flor que
soñó con ser bailarina.
Un título que plantea
por lo menos, la construcción de una estética diferente a lo flamenco.
Pericet, entra a
escena con una especie de tutú rojo y baila algunos pasajes de escuela bolera,
una danza que lleva el sello de su familia. Luego llueven desde los laterales zapatos, muchos, de colores y formas
distintas, caen ruedan, suenan, zapatos que les perteneces y que quizás
representa a todas las mujeres, a muchas mujeres que hay en ella y las demás,
pero la metáfora se irrumpe, ella con movimientos de muñeca articulada cae al
piso luego de una repetición de movimientos que van increscendo y algo allí se muere. Un hombre, de
momento no definimos su rol en la obra, un hombre la carga en brazos, a la vez
que de otro extremo los músicos van creando una escena con la mesa y sillas. El hombre es el bailaor -Jesús Fernández-, coloca sobre la mesa a la mujer desvanecida y
alrededor se sientan los músicos. Empieza la juega. Ella recostada sobre la
mesa, inmóvil, el bailaor baila, varios palos en un solo palo, agota todos los
recursos, y luego todos se van y ella vuelve a despertar... Entonces baila.
Sucede una discusión
sonora entre él y ella y la pelea se transforma en una riña de gallos, momento
de humor y diversión en la pieza, pero los tiempos son un tanto largos.
Permiso para crear
La obra va de
metáforas y formas poéticas al tablao puro y duro, por momentos solo baila,
ahora sale con una bata de cola roja, y baila agotando cada escena, llevándola
al límite como si tuviera que rendir cuentas a alguien por el flamenco, un
baile pasa por distintos palos y antes de terminar sube a la mesa y baila por
bulerías un rato más. Y al final vuelve a bailar.
Salen los cantaores nuevamente -Jeromo Segura y Miguel Lavi- con unas guajiras en la que ella baila y que
luego irrumpe por seguiría y cabales que se agota y sigue y no se detiene y vuelve a
empezar, que no se entiende que aporta a la obra, a las mujeres, a los zapatos
del principio, a la metáfora que intenta contar desde que uno lee en el
programa una espina que quiso ser… y la rama allí en medio del escenario con
espinas y que solo deja colgado un vestuario... Después de hora y media
de muchos bailes aparece otra imagen. El programa dice mujer arrugada: galería de todas las mujeres, ella casi desnuda en
penumbras se sienta y empieza a parir, y se coloca un vestido negro de encaje o
seda con transparencias y juega a esa mujer que está atrapada en la red, esa
mujer entre la realidad y lo onírico, una mujer antigua que se apodera de la escena y esa mujer que quiere ser algo distinta pero
aún tiene que pedir permiso para crear. Una obra que muestra fragmentos de un discurso que aun no se termina de definir.
Gabriel Vaudagna / Sevilla Bienal 2018.
Foto: Oscar Romero portal de prensa de la Bienal de Flamenco.
FICHA ARTÍSTICA
Baile: Olga Pericet,
Jesús Fernández
Cante: Jeromo Segura,
Miguel Lavi
Guitarra: Antonia
Jiménez y Pino Losada
Colaboración
coreográfica y asesoramiento: Marco Flores
Dirección escénica:
Carlota Ferrer
Dirección artística,
coreográfica y baile: Olga Pericet
11 set. / Teatro
Central
Comentarios
Publicar un comentario