Juan Diego Mateo – Belén Maya
Ni tu ni yo
Con
la dirección de Fernando López, Belén Maya y Juan Diego Mateo componen una obra
que más se asocia a la danza teatro que al flamenco, a pesar de venir ambos de
esa cantera.
La
primera imagen es de un escenario austero, con apenas unas sillas, un montón de
ropa en un extremo y una bandeja con frutas en el otro. Esta imágen genera al
menos ciertos interrogantes.
Ella
toma una camisa, una chaqueta y una calza o pantalón ajustado, se lo coloca, se
mira en el espejo imaginario hacia el público, espera, y luego se quita todo.
Toma un vestido y se lo coloca, y vuelve a dejarlo. Claramente se intenta
plantear algo entre lo femenino y lo masculino. Ambas ropas estas a cada lado
de ella y “B” es como se llamará en el trabajo, está situada en medio.
Vuelve
a vestirse “de varón” y baila con movimientos lineales, rectos, recortados. Se
quita la ropa, vuelve al vestido y se sienta a ordenar ese montículo que estaba
sobre el costado, dobla cada prenda, la apila y luego toma una cinta negra se
tapa los ojos y comienza a bailar.
Hasta
aquí han pasado algunos minutos, el guitarrista en el otro extremo hace una
música, que según se explica al final de la obra tiene que ver con su niñez.
Claramente se percibe lo femenino como mandato social y lo masculino con cierta
aceptación de lo que sucede. Esto que empieza a generar cierta incomodidad se
trasladará a todo el trabajo, aunque si uno concentra la mirada en la
bailarina, que finalmente opta por quedarse con el vestido, puede construir una
metáfora, pero si uno ve toda la escena puede observar que un hombre ejecuta la
guitarra y no hace nada más que eso. Entonces es cuando el relato pierde
fuerza. El músico tiene poca implicación en la dramaturgia, o quizás solo representa
el lugar de voyeur del personaje.
Un
gesto interesante de la danza de la mujer con los ojos vendados era el puño
derecho cerrado en alto, quizás como simbología, el codo en ángulo recto y su
mano cerrada. ¿Revolución? ¿No pasarán? Nos remite a un momento político.
Luego
“B” baja al patio de butacas con una bandeja de frutas y comienza a pelar y
cortar algunas mandarinas, mientras una falsa proyección lo muestra en el fondo
de la escena.
Sube
se coloca en una silla frente al musico “J” y bailan sevillanas
intercambiándose la silla en cada pasada. Aquí el músico es incorporado al
relato, el resto del tiempo solo observa.
“B”
se escribe con marcadores los brazos y las piernas, busca un espejo y lo coloca
frente a “J” que está de espaldas al público, y no sucede nada.
Una
voz en off resume las acciones que han sucedido hasta el momento. Cambian de
ubicación. “B” encuentra una bata de cola en la montaña de ropa, se la coloca y
baila un poco, luego la deja sobre una silla, busca otra y repite la acción,
así tres veces. Al final se las colocará una encima de la otra y se va
arrastrando una larga cola de ropas anudadas. La ropa, la carga…
Ni
tu ni yo es un trabajo que más se asocia a un work in progress
que a una obra acabada, hay muchas imágenes que pueden ser interesante o al
menos generar una pregunta o una reflexión, pero hay también muchas partes
inconexas, momentos en los que no pasa nada. Quizás es un tipo de performance
que está diseñado para un ámbito diferente del Festival de Jerez. La obra
encuentra a dos muy buenos interpretes en escena con un trabajo que deja muchos
interrogantes.
Gabriel Vaudagna / Sala Paúl 27 de febrero 2020
Jerez de la Frontera
Foto: @festivaldejerez/
Javier Fergo
FICHA ARTÍSTICA
Guitarra: Juan Diego
Mateos
Baile: Belén Maya
Dirección artística: Fernando
López
Música: Juan Diego
Mateos - Antonio Soteldo
Coreografía: Belén
Maya
Diseño de sonido: Chipi
Cacheda
Diseño de iluminación:
Miguel Ángel Vargas
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