PASTORA GALVÁN



La edad de oro. La obra fue estrenada por Israel Galván hace dieciocho años y ahora trasplantada al cuerpo de Pastora, su hermana, la dirección artística sigue siendo de Pedro G. Romero.

Sobre el escenario y hacia un costado tres sillas. Salen los tres intérpretes Miguel Ortega cante -excelente-, Juan Requena guitarra -con un sonido muy flamenco- y Pastora Galván en baile. La estructura del espectáculo es casi como en un tablao un número de baile, un número de música, o dos de baile y otro musical. Ella luce un vestido negro que en la parte de la falda lleva flecos tipo mantón, muy bello y al bailar continúa el movimiento de sus caderas.

El espectáculo es austero y flamenco como lo espera el espectador regular, con la diferencia que los movimientos que utiliza para crear la secuencia coreográfica son diferentes. Hay una clara manera de colocar los brazos como Israel, salvo que Pastora tiene otro cuerpo. Los detalles más marcados suelen ser los finales, en que el músico cierra el compás pero luego ella remata con un movimiento de brazos o con una pose fotográfica. 
Cuando baila por tangos aparece más Pastora, incluso colocada en el extremo contrario a los músicos y con una luz rasante que la ilumina en diagonal y se proyecta en el fondo su sombra, en ella puede verse como si fuesen los movimientos de una bailaora antigua -brazos recortados y espalda con mucha inclinación-. Este es un detalle de la puesta, ya que la Edad de Oro intenta hablar de ese momento de oro en el se desarrolló el flamenco. Otro momento en que aparece este detalle de iluminación de la misma manera es cuando ella está de pie detrás de la silla y se los ve a los tres en el fondo, tal como sería una ilustración del mismo periodo de oro del flamenco. 

Sobre el final baila bulerías con palillos y luego se descalza para terminar bailando sin los zapatos, aquí es donde más se ve el espíritu de la bailaora.
Tanto en la solea, las alegrías o la seguiriya sus movimientos son calculados, precisos, no hay desborde y por momentos pareciera que el que baila es Israel, en ese sentido la puesta mantiene su línea de coherencia, pero el baile de Pastora se transforma en frío y mecánico, lo que genera un interrogante, ¿se puede pasar una coreografía creada por un cuerpo a otro sin perder el sentido y su esencia? ¿tiene el flamenco esta capacidad de borrar todo rasgo personal para sólo ser un repetidor de otro? ¿puede la automaticidad de movimientos logar la misma emoción que la espontaneidad? 

La edad de oro pone a una muy buena y personal bailaora en una tensión que el espectador debe resolver.

Gabriel Vaudagna / Sevilla Bienal 2018.
Foto: Oscar Romero prensa de la Bienal.

FICHA TÉCNICA
Dirección artística: Pedro G. Romero (Maquina PH)
Dirección y coreografía: Israel Galván
Material coreográfico: Israel Galván y Marco de Ana
Baile: Pastora Galván
Cante: Miguel Ortega
Guitarra: Juan Requena
Set. 19 teatro Lope de Vega


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